miércoles

¿Quién se ofrece para viajar al pasado y pegarle un tiro a Freud?

Hace como diez o doce años que no sé nada de mi padre sino lo indispensable: está vivo. Una vez hablamos por teléfono, otro par de veces chateamos... en conclusión: está vivo.
Quiero a mi padre, pero a mi manera de querer a mi padre. Tantas veces me dijeron "él te quiere a su manera" y no ayudó nunca. Por último la etiqueta "padre" desapareció de mi vida: fue asimilada por otras quince etiquetas, fue tachada y reescrita, yo qué sé. Quiero a mi padre, pero como se quiere al antivirus de la computadora: está vivo y con eso basta. Sí. Hay repercusiones, no tienen que repetírmelo: posiblemente me pase la vida buscando a mi padre en mis parejas, en mis mentores, en la cerveza, en el waka waka... He pensado largamente sobre esto y se me ocurrió algo realmente inteligente como respuesta, helo aquí: pueden irse todos a la casa de la danza.
A pesar de todo, las cosas que tengo de mi padre me son increíblemente valiosas, como lo fue el Hombre de Piltdown en su época: su cumpleaños, su voz, su nombre... Las fotos ya las perdí y no me acuerdo de cómo es él físicamente, pero es de sorprenderse: las cosas intangibles son las que se quedan más fuertemente grabadas en la memoria.
Si he de ser honesta, dudo mucho de que mi padre se merezca tanto. Pero esa es sólo mi opinión.
Me puse a pensar en eso hoy, porque más o menos volví a sentir lo mismo que tooodas esas veces que yo era chiquita y esperaba, arregladísima y hasta perfumada, sentada en el brazo del sofá de la sala, mirando por la ventana. Y se hacía de noche y el man no llegaba jamás. Hoy me desperté demasiado feliz y me arreglé y me disfracé de chica sensual y canté un par de cosas y salí a hacer los odiosos trámites que tenía por delante y entonces me avisaron por teléfono que no, ya no hay el plan de hoy, fue decidido por otras personas que ya no hay el plan de hoy, te aviso que por ahí decidimos... sí, algo así.
Desde donde estoy parada las cosas se ven así: una cosa es llegar al complejo deportivo del Banco Central, que ahora es público y se puede entrar sólo presentando la cédula, y hallar un letrero en la puerta que dice que cualquier pequeña bolsa de carne decidió cerrar las instalaciones por una semana. Hasta que el guardia te lo ladre en la cara es igual. Pero otra cosa es que tus amigos tengan la amabilidad de notificarte que entre ellos conversaron y quedaron para otro día y todavía otra es que tu novio te llame y te diga que él y su amiga de toda la vida quedaron en pasar a mañana el plan de hoy. De pronto eres otra vez una longa mocosa de siete, ocho, nueve años, sentada en un puto, puto, putísimo sofá, mirando por la neverending puta ventana y queriendo sólo salir a patear a todos los perros, gatos y garzas que tengan la amabilidad de cruzarse.
Carajo que duele. Una tiene el teléfono pegado a la oreja y dice cualquier cosa para ya colgar y se queda miraaaando el aparato como estúpida. Como media hora (cinco minutos nomás).
Esta historia acaba como todas las historias: con un cliché. Me senté un rato a llorar y después me volví a parar y sigo viva ¿qué más se puede hacer? Comprar un cigarrillo, eso se puede hacer.
¿Soy sólo yo? ¿Será cierto que a los hombres les da hemofilia y a las mujeres les dan emociones?
¿será cierto lo que me dijeron hace poco y esto es sólo un juego donde tengo las de perder porque ya regalé mi corazón?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Lamentablemente frases políticamente correctas no tienen cabida aquí. El hombre la cagó como figura paterna y he aquí la consecuencia. Si te sirve de consuelo, me comprometo a estar ahí para mis hijos.
Beso.

Chopán dijo...

Querida Claudia, aprovechando el ambiente mundialista y el hecho de que no he desayunado y me comería frescaso un pulpo completo, solo puedo "decir" a través del teclado: Así mismo es el fútbol.

Como humanos parece que tenemos la increíble capacidad y el desagradable hábito de herir siempre a los que más queremos. Obviamente eso nos separa de los octópodos (qué hambre ve), pero en fin, la vida sigue y no creo que seas las misma niña de 7 años... las repuestas nunca están en el pasado, querida Watson.

Te quiero hasta el mismo vómito,

eres humana.

siempre nos quedará Asimov.

chopansihno cambio y fuera.

pd: no te atrevas a corregir mi style XDD