Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
A veces, entre que la marea sube y la marea baja de nuevo, parece que el mundo entero oscilara en patrones ilógicos o flotara como cualquier pedacito de madera sin anclaje; y viéndolo de algún modo, eso es exactamente lo que sucede (viéndolo de algún nodo, todo en lo que puedas pensar es cierto).
A veces, en cambio, es uno el que se mueve: a veces a propósito, otras no. Casi siempre es el cuerpo quien decide, pues en el caso de casi todo el mundo, el corazón habla primero con el cuerpo que con la conciencia (y no es de sorprenderse: nos pasamos ignorándolo, así que al final él también nos ignora).
En fin, nosotros mismos y todo a nuestro alrededor, estamos siempre cambiando. A esto se le llama vida: detenerse es perder oxígeno y morir.
En mi caso y el de muchas personas más, cada variación, aunque sea leve, trae consigo un sobresalto que a veces nos deja sin respiración por más tiempo del que es saludable. Por eso tomar una decisión sobre lo que se hará en el futuro, sin saber lo que el muy desgraciado puede tener en reserva, acaba siendo un riesgo bastante grande (bien mirado).
No estoy tratando de ser emo ni nada parecido, estoy tratando de decir de alguna forma bonita, que hay muchas muchas cosas que me asustan y puede que la mayor sea no saber lo que va a pasar (claro, gracias al crecimiento de estos años y también a lo que Pratchett me ha dicho, sé que sería bastante peor saber lo que va a pasar).
Bueno, con todo esto ya dicho: hace bastante tiempo ya, lo discutí conmigo misma y tomé la siguiente decisión. Estar aquí para vos.
En aquella época me bastaba con hacer lo posible por mantener la cabeza fuera del agua y flotar como bien pueda, luego vinieron varias cosas a sacudirme y ahora reciéén como que voy espabilando. Pues esto no ha cambiado: sigo aquí, sólo que ahora estoy aquí primero para mí y luego para vos. Ya no se trata de evitar que la marea me entre a la nariz, ahora he hallado mis raíces y aprendo a resistir de pie los cambios que vienen. Ahora que empiezo a ser fuerte, más que nunca, estoy aquí para vos.
Entonces, en ti y en mí hay cambios constantes y hay hasta temor, pero te apoyo en lo que decidas hacer porque te quiero y estoy orgullosa de ti (te lo he dicho ya en varias ocasiones) y porque sé que, dejando de lado faltas obvias tuyas y mías, al final harás bien.
Eso era todo lo que quería decirte. Feliz día :D
Amayita preciosa: si algún día lees esto, espero que te des cuenta que cada palabra es para ti también.