Después de años de conocer a Lisandro Meza (yo le pongo Lizandro, pero la compu le cambia, dejémosle así), pero no al otro ingrediente de esa canción, llegó la horrible noche de este sábado.
Estos días he conocido a mucha gente nueva, cada uno más chévere que otro. Trabajo con el Matute y con una chica iraní llamada Morvarit. Ella es muy chévere. El chico que vive alado de nuestra oficina es restaurador y no sé cómo se llama pero es chévere también. El Juan, nuestro vecino, tiene una tremenda colección de comics y casi los mismos gustos que yo en películas. Es chévere. Nuestra otra vecina también es chévere aunque no la conozco casi nada. Hay un señor en el ministerio de cultura que es bastante chévere. Suena feo decir tantas veces chévere. Gente cool, bacán, etc.
También he aprendido muchas cosas nuevas, como que el McDonnald’s definitivamente es la opción saludable, que Franco fue más bien un accidente en el Laberinto del Fauno, que en Israel te dan un viaje a cualquier parte del mundo cuando terminas el servicio militar y que
Que un tipo haya sacado una película con el título Super High Me es una provocación abierta y el buen san Patricio sabe que sólo hay una manera de responder a esas provocaciones: hay que vérsela in the mood. In the mood significa que Sweeney Tod te deja con ganas de pastel de carne. Ya tú sabes.
Bueno pues, después de ver la peli, Matute anunció que era el cumple de un pana y que sería chévere ir. Yo quería quedarme charlando pero a veces soy aborregada (no tanto como para votar NO y llevarlo con orgullo en la camiseta… negra XD) y fui. Error, error, debí quedarme, como el sabio de Juan que se fue a su casita, pero me fui con los otros y vaya si soy vestia. Allá estaban algunos desconocidos-conocidos (esos con los que te vives topando pero NPI de quiénes son ni ná), estaba el cumpleañero, obviamente, y estaba Rommel.
Ajá, Rommel.
Rommel y sus brownies.
Poco a poco todo iba tomando un… edge. Había un halo alrededor de la gente y las cosas. El movimiento, la respiración, los pensamientos, todo tenía una curiosa cualidad mecánica, como si el mundo fuera un reloj. Cada palabra de la charla de la cocina brotaba hojas y pétalos y esos churitos que se suelen relacionar con el tipo más barroco de follaje. Al final de cada nuevo tallo nacía una nueva idea y, antes de que alguien dijera otra cosa, ya había un edificio de diez pisos coronando la frase anterior. En cuestión de media hora un mensaje se abrió paso entre la selva milenaria y logré enfocar un pensamiento: junta directiva. En mi cabeza. Ya.
Caminar. Necesitas. Letras. Me levanté y me fui hasta un librero donde había un libro brillante. Martín Fierro. Leí un par de párrafos y lo cerré convencida de que el título estaba mal y que eso era
Entonces comenzó Fear and Loathing in Bellavista, y lo único que me consta es que el Matute me decía que mueva la mano (¿yo tengo una?¿dónde está?), que le dé la mano (esta debe ser), que si quiero ir a un cuarto donde haya menos gente. Creo que dije algo como que me daba miedo moverme, which was so true, pero acabé accediendo. Afuera era el palacio de los espejos. Ya en el cuarto me quedé con Alexis que es un santo y me cuidó todo el tiempo. Yo esperaba que ya se terminara el paseo, pero cuando empezaba a sentirme algo mejor, empezó la etapa pixar y de ahí en adelante todo fue en bajada. Al principio veía a las personas como un cuadro cubista, luego como los primeros cortos de pixar (Red’s dream! Nooo!), luego veía las partículas microscópicas de la nariz del Tulio bailando con las de la cortina roja y mi campo visual se llenó con series alternadas de pequeños caleidoscopios por millones, todos girando, y collages de angelitos al estilo de Monty Python. Ahora Tulio estaba preocupado, pero yo no sabía en dónde estaba mi cuerpo, o cuál de todos los de la fiesta era el mío. Como soy una mujer racional, comunicaba mis inquietudes de la manera más sencilla y concisa posible, para ver si así obtenía alguna respuesta coherente, así preguntaba cosas como ¿dónde estás? ¿hay alguien más? ¿estoy mejor? ¿acaba de entrar el Esteban? ¿cuánto tiempo falta? ¿cuántos somos? ¿de quién es esta casa? ¿Sólo tengo una cabeza, verdad? ¿hay luces en el baño? ¿me voy a quedar así para siempre? Todo lo que veía era una mezcla de animaciones de varios tipos. Las cosas parecían Sin City y luego A Scanner Darkly y luego Caspar Morello y después otra vez Monty Python para volver a empezar como títeres de
Entonces vomité en Stop Motion y me llevaron al baño (luces) donde traté de lavarme las manos, pero no las encontraba. Babeaba y eso me asustó bastante. Me preocupaba que encima de todo iba a ser una loca babosa. De alguna manera acabé en una ducha pero me sacaron antes de que pudiera pedir que me lancen la radio cuando llegue la parte de White Rabbit en que el conejo se arranca la cabeza de un mordisco XDDD
Después ya más o menos podía darle órdenes a mi cuerpo y mi cuerpo las obedecía con tal de que las verbalizara y las siguiera repitiendo para no olvidarlas, como caminacaminacaminacaminasiéntatesiéntatequietaquietaquietaquietaquieta, pero la verdad es que lo que menos recuerdo es el regreso a casa.
Hoy me desperté y todavía no era yo. Apenas soy yo desde hace un par de horas y ya empezó a ser lunes.
Si bien he pasado mal del estómago desde el viernes, creo que la causa de esta experiencia psicotrópica que me ha curado las ganas de explorar más opciones recreativas no pueden ser solamente las variadas espasmocanulase y bactrim* que me había tomado un poco antes. Ni siquiera pienso darle culpabilidad exclusiva a la cerveza que bebimos viendo la película (porque la comisión de snacks se emocionó un poco y olvidó que habíamos pedido comida). Sé que fueron todas estas cosas juntas y otras más, pero también sé esto: ROMMEL PUSO ALGO MÁS EN ESOS BROWNIES. Si bien yo era quien estaba peor, no fui la única en caer esa noche y el jurado concuerda en que el asunto fue definitivamente sospechoso.
Y, para aclarar, lo mío no fue la pálida, pero si
* WTF?! No sé cuál es el peligro más grave de no ir al doctor: la automedicación o dejar que los panas decidan qué tratamiento es el que te conviene y no te lo digan.