jueves

Quosque tandem abutere baka-tachi patientia nostra?

Chicos, que dizque un hombre entra a un cuarto que está a oscuras buscando un gato (negro o no, depende que tan oscura quiera usted la cosa). Ah cierto, el hombre es ciego y, ya puestos, el gato no existe. Dé un ejemplo de cómo se da esto en el lenguaje verbal y concluya con una comparación entre el hombre ciego y la imagen acústica de "gato".
Hay por lo menos doce personas en este pútrido mundo que de leer esto sabrán al instante quién fue el infame autor de estas perogrulladas o de cualquiera parecida (que yo sólo estoy parafraseando). Fernando Albán, claro.
Fernando Albán! Nuestro Fernando, de orejas de elfo, que soltaba un galicismo por minuto cuando no hablaba enteramente en Francés o en algún idioma, desconocido para quien no viviera en su mundo. Incluso hoy me es imposible sentir resentimiento contra ese chico que sólo fue una víctima más del FLCL. Desgraciadamente hay muchos que piensan que una cabeza grande es el único requisito para enseñar y ecce el pobre Fernando que acabó siendo profesor. Un hombre tan genial que no podía verbalizar direcciones coherentes para llegar al baño, menos todavía iba a explicarnos algo de semiótica. Pobre Fernando y pobres nosotros.
De los millones de millones de libros en el espacio L, al menos un 1% -de los que no se escribirán- tiene autoría de la FCLL de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, o FLCL como la llamábamos en el parque* y de ese 1% al menos la mitá está llena con todo lo que no se dijo. Lo que los profesores debían enseñarnos, para empezar, y lo opinábamos todos y a nadie se le ocurrió preguntar.
En esos libros que no existen pero que influencian a los que serán escritos en el futuro y son influenciados por los que se han escrito ya, encontrará cualquier Bibliotecario cosas como el semestre entero de retórica que debimos haber aprendido en clase de Julio Pazos pero tuvimos que aprender solos en menos de una semana. Estoy segura de que también estarán allí toooodos los autores latinos que nunca pudimos conocer porque Miriam Merchán estaba obsesionada con los griegos y nadie más que los griegos. Y me causa algo de alivio pensar que también ahí están los cientos de clases que nos dio Fernando Albán... pero traducidas al castellano.
Ayer me he largado a dar un paseo por Memory Lane cuando he escuchado a Ramiro Diez decir que la diosa de la memoria se llamaba Némesis. ¡Némesis la mía de escuchar tal cosa y saber que nadie comprendería mi horror! Bueno, claro que estoy exagerando porque muchos comprenderían mi horror, pero sigamos en lo trágico.
¡Por Eru Ilúvatar, fue horrible! En sólo un segundo volví a estar en la clase de Miriam Merchán, la protoeuménide de FLCL ¡y fue horrible! Casi todos quienes han entrado a esa clase saben que les tomará años de terapia olvidar a la Mertxán y no podrán borrarlo todo. Cualquier día años después volveremos a esa clase, como vuelve a su vuelo quien se mandó ácidos de joven, a pasar una linda velada con las erinias, el amor griego, los gigantes de cien brazos, bestialismo, incesto, eleos, phobos y catarsis.
Y Miriam Merchán, desde luego, se complace enormemente en la satisfacción de ser Hybris y Némesis de quienes caen en sus manos.
Por eso me enojó aquello de que Némesis era la diosa de la memoria. No porque la memoria en realidad se llamara Mnemosine ni porque fuera una musa, sino porque el horror me grabó esas cosas en la... memoria con un hierro al rojo blanco y no se trata precisamente de cosas que me hubiera gustado aprender.
Ah, y Julio Pazos es otro de mis casos favoritos. Maravillas de maravillas suceden cuando alguien publica un libro de poesías gastronómicas** y de pronto ya es apto para la enseñanza.
Julio Pazos nos enseñó cultura general a lo bestia, y tanta que en sus exámenes debía haber preguntado: ¿Qué aprendió JP en su último viaje a Ambato? ¿Qué tipo de comida sirven en Tal Lado? ¿Qué anécdota se cuenta sobre García Moreno y Montalvo? Pero desgraciadamente preguntaba cosas menos interesantes y nada relacionadas con sus clases, como la materia que debíamos haber aprendido. Al menos en semántica se ahorró el problema de dar clase y entonces la teníamos que dar nosotros.
Pero ánimo que vienen cosas peores. No todo en la carrera de Comunicación y Literatura era color de hormiga. Había gente simpática, como Santiago Páez e Iván Carvajal, dos señores con aspecto de ser muy graciosos*** pero que, desgraciadamente, se habían peleado. De modo que el seminario electivo que iba a dar Santiago, por el que esperamos tres semestres, lo canceló Iván porque el Santiago le caía gordo.****
Es o no es una belleza el sistema educativo Furi Kuri? Me ponen en este puesto y haré lo que me venga en gana hasta que me vaya. Algunos nunca se van. Miriam, Julio, Iván y Santiago son más longevos en sus cargos que un personaje de García Marquez. En especial Miriam y Julio, que sabrá Dios qué hacen de profesores pero son intocables.
Ay, y yo ya empecé a derramar bilis de nuevo, me pasa siempre que toco estos temas.


* FCLL: Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura; FLCL: Furi-Kuri (D.E. Después de Evangelion)
** Y ojo que no es una imagen retórica de ningún tipo. Busque usté Levantamiento Del Ecuador Con Textos Libres o cualquier título que se le parezca porque no me acuerdo el título y es posible que tenga el gusto de leer alguna Elegía Al Ceviche Que Se Ha Terminado o algo semejante. (Por suerte nunca lo leí, se nota mucho?)
*** Y sobre todo Santiago, que es muy parecido a Groucho Marx, así que lo que he dicho es cierto.
**** Y eso que ambos son flaquitos.

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